Dado el impresionante físico de un guerrero W'adrhŭn, incluso las armas más simples pueden ser mortales en sus manos. Esto es más evidente en la brutal eficacia de los honderos, que ocupan un lugar único en la historia de los W'adrhŭn.
nicho en las Tribus. Impulsados por la poderosa constitución de un W'adrhŭn entrenado y guiados por sus agudos sentidos, un disparo de honda bien colocado puede matar a un caballo blindado a cien pasos. Su eficacia es tal que todas las tribus han llegado a apreciar el valor de un cuadro permanente de honderos entrenados. El estatus y los derechos concedidos a estos guerreros tan poco comunes hacen que la competencia sea feroz entre quienes aspiran a unirse a sus cacareadas filas; sólo los guerreros más hábiles pueden ponerse los arneses ceremoniales de plumas que distinguen a estos regimientos de élite.