Desde los cielos más elevados hasta las fosas más oscuras donde la Destrucción y sus siervos están atados, los poderes Primordiales infunden el mundo de Eä. La más extrema de estas manifestaciones son los propios Jinetes, como Almas Aspecto de la Creación y la Destrucción. Atados y encadenados por los dragones, representan no obstante las esencias primordiales más poderosas en juego. Pero no son ni mucho menos los únicos.
Cuando la Creación y la Destrucción lucharon en los albores de la existencia, cada golpe fue certero y arrojó la esencia de estos dos poderes primordiales por todo el Cosmos. La mayor de ellas son las propias estrellas, fragmentos furiosos de la Creación lanzados a los cielos cuando la Destrucción asestó a su hermana un golpe tan poderoso que rompió su propio cuerpo en un millón, un millón de pedazos. Del mismo modo, el golpe original de la Creación, el que incitó a la Destrucción a su furia, fue un corte profundo que ha sangrado incesantemente desde que se hizo. Los fragmentos más grandes, los que poseen suficiente poder y esencia para conservar la consciencia, son entidades poderosas capaces de extraordinarias proezas de magia primordial. Su poder varía desde dioses completos y dragones primordiales, hasta los demonios y querubines más mezquinos de las Huestes Primordiales.

Las motas más pequeñas de esta esencia primordial son sólo eso, motas. Carecen de energía motriz o voluntad, y vagan por el cosmos sin objetivo ni razón. Gruesas barreras físicas pueden impedir su avance, lo que provoca una lenta acumulación de estas motas en una zona. La manifestación más común son las innumerables piedras y metales exóticos que se pueden encontrar en Ea. No es casualidad que cuanto más profundo se excava, más de estos minerales se encuentran, ya que la poderosa esencia de la Destrucción impregna la piedra y la lava fundida. Por otro lado, la esencia de la creación es mucho más difícil de encontrar en forma sólida, ya que se difunde por el cosmos. Las fuentes más probables son objetos extraterrestres como meteoritos y polvo espacial, que se infundieron hace eones.

A diferencia de la materia sólida, la vida conserva una capacidad inusual para atrapar estas motas. En pequeñas concentraciones no hacen más que afectar al estado de ánimo o a la perspectiva de la forma de vida. Sin embargo, en concentraciones más altas, pueden empezar a crear cambios físicos brutos en la forma de su huésped. La mayoría de las criaturas consideradas... normales por los humanos en Eä y denominadas animales (conejos, ciervos, bueyes, lobos, etc.) son de Aspecto Equilibrado, y no poseen una alta concentración de estas motas. Se considera que la propia humanidad posee un Aspecto equilibrado y, en consecuencia, aquellas criaturas que tienen un Aspecto alejado del Equilibrio, ya sea hacia la Creación o hacia la Destrucción, los humanos instintivamente las encuentran antinaturales y las llaman monstruos. En cualquier caso, estas motas parecen ignorar las leyes de la física establecidas por el equilibrio. Parecen responder a remolinos y corrientes que no tienen nada que ver con el reino físico, y se sienten atraídas por zonas y acontecimientos que encarnan con mayor fuerza el aspecto que han elegido. Estas motas pueden ayudar a Aspectar toda una zona, alineándola con su paradigma primordial. Por eso, un campo de batalla especialmente famoso puede convertirse en el escenario de futuras batallas sin razón aparente, o un edificio concreto, habitado en su día por un genio creativo, puede convertirse en una residencia de comadronas o de ancianos.
Una de las propiedades más curiosas de estas motas no es sólo que se sienten atraídas por zonas comunes, sino que poseen la capacidad de fusionarse cuando el azar las obliga a juntarse. En un Locus aspectado lo bastante potente, pueden juntarse suficientes motas de este tipo como para otorgar a la amalgama un instinto rudimentario. Estas astillas empezarán a buscar piezas más pequeñas para incorporarlas a su forma creciente. A medida que se reúne más poder primordial, se desarrolla lentamente la sensibilidad. Estas astillas primordiales despiertas son pequeñas manifestaciones de la Creación y la Destrucción, que a menudo se asientan dentro de su locus.

Todas las razas sensibles de Eä conocen estas manifestaciones. Los Dragones los dejaban ser, hasta que alcanzaban un tamaño crítico, tras lo cual eran cazados y destruidos. Los Exiliados, extraños a nuestro mundo, tienen una capacidad muy limitada para interactuar con estos sprites. Los Spires los ven con extrema cautela, y a través de un largo proceso de ensayo y error han aprendido a catalogarlos y utilizarlos en carne infundida para conceder a sus creaciones singularidades y habilidades que no podrían haber conseguido de otro modo. Las Cortes Tejedoras, por su parte, veneran a estos seres como manifestaciones de la voluntad de Eä. Los más devotos y perspicaces de las Cortes de Verano e Invierno han encontrado formas de utilizar sus habilidades de Vinculación Vital para fusionarse con estas existencias, asumiendo su papel de líderes y hechiceros entre los de su especie. Los Silenciosos los veneran y aprecian como subproductos del Equilibrio Primordial, pero por lo demás los ignoran. Los Dweghom, siempre prácticos y centrados en sus actividades marciales, han tomado un camino diferente. Al carecer del poder primordial de sus creadores dragones, los Templados han capturado durante mucho tiempo a estos seres para alimentar las construcciones que los dragones dejaron atrás, mientras que los Ardientes reducen y destilan sus formas físicas en pigmentos y minerales que incorporan a sus armaduras y cuerpos para mejorar su destreza marcial. La humanidad, por su parte, encontró un uso diferente para estas astillas: el culto.