
La Orden de la Torre Carmesí se ha propuesto combatir uno de los grandes azotes de la humanidad: La guerra. Han renunciado a la idea de eliminarla por completo, y en su lugar se centran en garantizar que cause el menor daño colateral posible. Increíblemente escrupulosos a la hora de asegurarse un empleo, no sólo exigen que su empleador tenga un Casus Belli (motivo legal para la guerra) sólido, sino que exigen a sus empleadores que no se produzcan saqueos ni pillajes. Si fueran menos eficaces en combate, estas condiciones les harían increíblemente impopulares, pero su destreza es tal que muchos señores están dispuestos a renunciar a los beneficios materiales de la guerra para asegurarse sus servicios.